Con deducciones de impuestos, según el caso, de entre el 99 y el 100 %, las cesiones, las transmisiones en vida, los legados y las ventas de fincas rústicas dejarán de estar sujetas a tributar en la práctica, siempre que el nuevo titular de los terrenos los vaya a dedicar a la agricultura o bien a explotarlos con usos forestales. Esa es una de las principales novedades introducidas por el Gobierno autónomo en el proyecto de la Lei de Mellora da Estrutura Territorial Agraria de Galicia, conocida como Metaga. La medida no figuraba en el borrador de texto acordado inicialmente por el Consello de la Xunta en noviembre del 2013 y, en cambio, sí consta en la redacción definitiva bendecida ayer por el Ejecutivo en su reunión semanal. La norma será enviada de inmediato al Parlamento para su análisis, debate y posterior aprobación. Entrará en vigor, en principio, a lo largo del 2015.
La iniciativa se enmarca en el objetivo «de aproveitar ao máximo os recursos e riquezas naturais instaladas no noso agro, de seguir poñendo en valor o medio rural e de posibilitar que a xente acuda a el como un lugar seguro de traballo e axeitado para vivir». Al menos así lo explicó el presidente de la Xunta en comparecencia pública tras el encuentro con su Gabinete. En esencia, lo que el equipo de Alberto Núñez Feijoo intenta es poner en valor el monte, frenar su abandono, fijar población fuera de las ciudades y evitar fuegos forestales.
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