martes, 14 de marzo de 2017

Mil granjas menos en Galicia

























Se van a cumplir dos años de la desaparición de las cuotas lácteas. Una decisión comunitaria que, pese a ser largamente anunciada, ha dejado en evidencia la fragilidad de un sector poco estructurado y con escasa capacidad para hacer frente a los vaivenes de un mercado cada vez más globalizado.
La liberalización en Galicia de la producción ha agilizado el cierre de aquellas granjas menos dimensionadas y sigue, a día de hoy, condicionando fuertemente la actividad del resto. Según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria, en los dos últimos años han sido más de 1.100 las explotaciones lecheras gallegas que se han visto obligadas a cerrar, incapaces de lograr la suficiente rentabilidad como para asegurar su relevo generacional. Es cierto que muchas de ellas han optado por fusionarse, intentando formar sociedades más eficientes y competitivas. Retos difíciles de conseguir en un momento en el que el precio de la materia prima en origen resulta insuficiente incluso para cubrir los costes de producción de las granjas, coyuntura que les ha hecho perder más de 115 millones de euros en este tiempo.
A este dinero habría que sumar otros 400 millones que, según los cálculos de alguna organización profesional agraria, es la cantidad que los ganaderos invirtieron en la compra o alquiler de cuotas durante las tres décadas que estuvo vigente este sistema de regulación.

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